La industria ganadera mexicana enfrenta un desafío sanitario debido a la reaparición del gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax), un parásito que afecta a animales de sangre caliente, incluyendo el ganado bovino. Tras la confirmación de un caso en Catazajá, Chiapas, Estados Unidos suspendió temporalmente las importaciones de ganado mexicano para prevenir la propagación de la plaga. Las autoridades mexicanas, en colaboración con sus contrapartes estadounidenses, han implementado protocolos de inspección y control sanitario, incluyendo la desparasitación preventiva y la liberación de moscas estériles, con el objetivo de contener y erradicar el brote.
